Economía de Reino Unido

 Sexta economía del mundo, el crecimiento de la economía británica se ha ralentizado desde el referéndum de 2016 sobre la salida de la Unión Europea (Brexit). La situación empeoró en 2020 debido al brote de la pandemia de COVID-19: El PIB cayó un 2,2% en el primer trimestre y se desplomó un 20,4% en el segundo, con una pérdida anual estimada en un 9,9% por el FMI, la recesión más profunda del país desde la Segunda Guerra Mundial. A pesar de las medidas adoptadas por el gobierno para apoyar la economía, la inversión de las empresas y el consumo de los hogares disminuyeron. Según las previsiones de abril de 2021 del FMI, se espera un repunte para 2021 (+5,3%) y 2022 (+5,1%), debido también en gran medida al esperado acuerdo comercial de última hora firmado entre el Reino Unido y la Unión Europea, que define finalmente los nuevos términos de la futura relación y cooperación entre el Reino Unido y el resto de la UE tras el Brexit. El Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la UE y el Reino Unido, es aplicable provisionalmente desde el 1 de enero de 2021, tras haber sido acordado por los negociadores de la UE y el Reino Unido el 24 de diciembre de 2020. Se prevé que el consumo público contribuya positivamente al crecimiento durante los próximos dos años; no obstante, sigue habiendo incertidumbre en cuanto a la evolución de la pandemia, con un nuevo cierre anunciado a partir de principios de enero de 2021 como consecuencia de la rápida propagación de una nueva variante del virus COVID-19. Según las previsiones de la Comisión de la UE, a finales de 2022 el PIB del Reino Unido seguirá estando un 5% por debajo del nivel del cuarto trimestre de 2019.

Los esfuerzos fiscales realizados en los últimos años se han visto comprometidos por las medidas de emergencia que el gobierno tuvo que introducir para luchar contra la crisis inducida por la epidemia, incluyendo planes de trabajo a tiempo parcial, subvenciones para los autónomos, subvenciones y desgravaciones fiscales para las empresas y financiación adicional para el NHS, por un total de más del 10% del PIB. Junto con la disminución de los ingresos, el saldo de las administraciones públicas se redujo hasta un 0,5% estimado en 2020, y la relación deuda/PIB se disparó hasta el 103,7%, desde el 85,2% de un año antes (FMI). Aunque la deuda pública debería mantener una tendencia al alza a medio plazo (107,1% este año y 109,1% en 2022), se espera que el déficit presupuestario disminuya gradualmente (-5% y -4,8%, respectivamente). Debido a los bajos precios de la energía y el gasto de los consumidores, la inflación se mantuvo contenida en el 0,9%, muy por debajo del objetivo del Banco de Inglaterra del 2%, pero se espera que repunte gradualmente hasta el 1,5% en 2021 y el 1,9% al año siguiente.

Las medidas adoptadas por el Gobierno para apoyar a los trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia contribuyeron a contener el aumento de la tasa de desempleo, que se estima en un 4,5% en 2020 (frente al 3,8% del año anterior). Sin embargo, debido a la lentitud de la recuperación en 2021 y a la finalización de las ayudas del Gobierno, se espera que el desempleo aumente en 2021 hasta el 6,1% (FMI). La tasa es más alta para los jóvenes de 16 a 24 años, con un 14,5% en el periodo agosto-octubre de 2020 (desde el 12,1% en el trimestre anterior a la pandemia, enero-marzo de 2020 - ONS). El PIB per cápita del país (PPA) se estima en 48.698 por el Banco Mundial (últimos datos disponibles), pero los resultados macroeconómicos relativamente sólidos del Reino Unido ocultan debilidades y situaciones de desigualdad. Por ello, como ha subrayado el FMI, reforzar el capital humano es una prioridad fundamental. Los esfuerzos del gobierno por invertir en infraestructuras, aumentar la oferta de viviendas e incrementar la participación de las mujeres en el mercado laboral también contribuirán a apoyar un crecimiento más sostenible e integrador.